Montserrat Arias Liderazgo femenino y bienestar laboral

Especial día de la mujer. Entrevista a Montserrat Arias

No podríamos hablar de liderazgo femenino sin contar con la colaboración de Montserrat Arias.
Me gustaría destacar su afirmación: «Se necesita una perspectiva integral y global de la desigualdad de hombres y mujeres. Es decir, si, como ahora, el 75% del trabajo no retribuido lo realizan mujeres, si la carga del hogar sigue recayendo en las mujeres y los sesgos de género y de autoridad siguen penalizando a las mujeres, difícilmente podremos avanzar.»

¿Quién es Montserrat Arias?

Montserrat Arias posee una Licenciatura en Periodismo obtenida en la Universidad Autónoma de Barcelona, un Máster en Comunicación Empresarial por la Universidad Pompeu Fabra, así como un Programa de Desarrollo Directivo (PDD) por el IESE y un Diploma de Internacionalización Digital de Empresas (DIBEX) por el ISDI. Además, ha completado estudios de posgrado en Media Management en INESDI y en Comunicación de Crisis en la UPF.

Su especialización se enfoca en la Formación de Portavoces, la Comunicación de Crisis y el Liderazgo Femenino. Su trayectoria profesional ha incluido trabajar en diversas empresas de comunicación antes de fundar su propia agencia, Bemypartner. Esta agencia se especializa en relaciones con los medios, gestión de influencers, organización de eventos y gestión de redes sociales. A lo largo de su carrera, ha desarrollado estrategias y acciones de comunicación para una amplia variedad de clientes, tanto nacionales como internacionales, en sectores como la alimentación, la salud, la belleza y el turismo.

¿Cómo has visto evolucionar la cultura empresarial en relación con la igualdad de género y la inclusión en los últimos años?

Llevo casi 30 años en activo y dedicada a mi profesión. Visto en perspectiva el cambio es enorme. Por ejemplo, el acoso, los comentarios machistas, las bromas se aguantaban sin más y no nos planteábamos que eso era constitutivo de delito o que era intolerable. Hoy en día no es que se haya erradicado, pero en la mayoría de las empresas hay canales para denunciar y hay mucha menor tolerancia contra estas situaciones. Esto es fundamental para el desarrollo profesional porque es imposible desarrollarte en un entorno que de entrada ni siquiera te garantiza la seguridad, la estabilidad y el respeto. Además, se van incrementando lentamente los porcentajes de mujeres en puestos de dirección y también cambian las percepciones hacia profesiones masculinas o femeninas. Hay mucho por recorrer, pero mucho ya recorrido. Todavía se han de romper frenos, pero creo que se avanza de manera firme y esto aporta un gran beneficio social y empresarial. La igualdad mejora las empresas, el bienestar de las personas y es un claro indicador de avance social.

¿Qué crees que se necesita hacer para lograr una verdadera igualdad de oportunidades para mujeres y hombres en el lugar de trabajo?

Se necesita una perspectiva integral y global de la desigualdad de hombres y mujeres. Es decir, si, como ahora, el 75% del trabajo no retribuido lo realizan mujeres, si la carga del hogar sigue recayendo en las mujeres y los sesgos de género y de autoridad siguen penalizando a las mujeres, difícilmente podremos avanzar. El lugar de trabajo no es algo aislado de la vida que luego tenemos al llegar a casa. Si nos ocupamos nosotras de las cargas familiares en nuestro ámbito familiar, esto nos afectará. Si los sesgos culturales de género hacen percibir a una mujer como menos válida por más que esté formada y preparada, esto nos penalizará. Y si el liderazgo se sigue asociando a lo masculino, esto nos causará perjuicio ya que siempre pareceremos menos capaces. El cambio ha de ser global e integral y sobre todo ha de ser cultural. Por otra parte, creo que en material legal falta más apoyo y menos penalización a las empresas que cuentan con mujeres que son o quieren ser madres. Es positivo que ahora los hombres o las parejas de las madres puedan contar con baja paternal, pero es sorprendente que tengan los mismos días que la persona que ha parido y su recuperación es una necesidad física. Tal vez el enfoque tendría que ser algo diferente. Tendría que haber más apoyo directo a las mujeres y a las empresas que las contratan, también contar con una red de guarderías y apoyo mucho mayor de la existente.

¿Qué consejos le darías a otras mujeres que buscan ascender en sus carreras profesionales y enfrentar el techo de cristal?

El techo de cristal se ha explicado como una auto imposición. En realidad, es la suma de condicionantes sociales, económicos y culturales que frenan a muchas mujeres. En parte, sus propias creencias, pero también los sesgos sociales, la presión a ser perfecta en todos los ámbitos, los sesgos de autoridad. He escuchado a muchas mujeres profesionales en entrevistas decir que su prioridad son los hijos. Por supuesto, cualquiera que se precie pone a sus hijos primero, pero esta necesidad de manifestarlo para las mujeres parece implicar que, si te dedicas a tu trabajo, la sombra de la duda de tu capacidad como madre se cierne sobre ti.

Es muy difícil dar consejos porque cada circunstancia es única. Tal vez que no se desanimen ante las adversidades, que sepan que es cierto que ellas tienen más dificultades que los hombres, que no es un problema individual sino colectivo. Les diría que no se den por vencidas y que si pueden ayuden a poner su grano de arena para que la situación cambie también para las demás. Cada vez más redes de apoyo de mujeres buscan dar este aliciente extra que a veces no encuentras en la sociedad e incluso en tu propia familia. Un hombre volcado en su trabajo recibe aplausos y no siempre los recibe una mujer, a la que se pone en duda la dedicación a su familia. Esta presión junto con mayores dificultades a la hora de ascender y ser reconocida hace que algunas tiren la toalla ante un reto que a veces puede resultar extenuante: tener que demostrar una y otra vez tu valía.

¿Qué es para ti el Bienestar Laboral?

Creo que el bienestar laboral es una mezcla de estar en el sitio adecuado porque haces algo que te gusta y se te da bien, que aportas y se te es reconocido tanto económica como emocionalmente. El lugar de trabajo ha de ser un lugar seguro al que no temes ir o en el que cuentas los minutos para irte. Un lugar en el que tienes un grupo de apoyo, personas a las que puedes considerar amigas y en el que sientes que mejoras cada día y que además te permite un equilibrio razonable y saludable con tu vida privada. Lo personal y lo laboral no son mundos separados y esto creo que las mujeres lo hemos entendido hace tiempo. Si en tu casa tienes problemas, si no duermes, no te alimentas bien o no haces ejercicio, esto repercutirá en tu trabajo. Y al revés, si tienes muchos problemas en tu trabajo, presión excesiva, trabajas demasiadas horas, esto afectará a tu vida personal. El bienestar es algo global y como sociedad deberíamos contribuir a que los ciudadanos tengan este bienestar en todos sus ámbitos. El equilibrio es difícil y tanto empresarios como profesionales pueden contribuir a este bienestar laboral. Es compatible con la productividad porque la mayor parte de las personas prefieren entornos exigentes donde ven que pueden alcanzar el mejor potencial de sí mismas, la mayoría quiere ser productivo y ver que el resultado de su trabajo tiene significado, tiene valor en la empresa y la sociedad. Es difícil y como empresaria sé que se cometen errores y que los equilibrios son complejos.

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